En general, cuando nos referimos a la nutrición pensamos primeramente en nuestro paladar. No obstante, un cada vez mayor porcentaje de la población piensa que la nutrición tambien consiste en suministrar al organismo los nutrientes necesarios para estar sanos.
Nos solemos preocupar por no tomar demasiadas grasas con el fin de cuidar el corazón y las arterias, poco azúcar por miedo a las caries y a la obesidad, no demasiada sal por miedo a la tensión alta e incluso podemos optar por los alimentos integrales porque contienen la tan bienvenida fibra.
La nutrición se tiende a relacionar más con el aspecto físico y no tanto con la salud de nuestros órganos y tejidos.
El nuevo concepto de nutrición celular nos ayudará a entender como nuestra salud y en definitiva la salud de nuestras células depende en gran medida de lo que ingerimos a traves de la dieta y la suplementación.
Desde hace unos años, y principalmente en Inglaterra, Alemania y Estados Unidos, ha surgido un nuevo concepto de nutrición que abarca no solo la dieta sino tambien los suplementos nutricionales, que se consideran necesarios para un alto porcentaje de la población.
Este nuevo concepto de nutrición se denomina nutrición ortomolecular. La nutrición ortomolecular tiene en cuenta que todos los tejidos tienen una estructura que depende de la cooperación entre los distintos tipos de células, y por tanto es fundamental para la salud de los tejidos y de los órganos que las células estén sanas.
A partir de la ingestión de alimento tienen lugar unos procesos metabólicos de digestión, absorción y asimilación que terminan con una serie de nutrientes atravesando la pared celular para ser aprovechados por la célula. La nutrición ortomolecular analiza el comportamiento celular, la manera en la que la célula absorbe los nutrientes y cómo los utiliza para determinar que tipo de dieta es la más indicada para el mantenimiento de la salud celular y la prevención de la enfermedad.
La nutrición celular se define entonces como el abastecimiento de nutrientes que las células del organismo necesitan para obtener energía y mantener su estructura y funciones.
Por supuesto, las células del organismo necesitan los mismos nutrientes que hasta ahora se han considerado esenciales, lo que diferencia a la nutrición ortomolecular es que defiende el equilibrio entre nutrientes como algo fundamental para el correcto funcionamiento celular.
Es decir, que no solamente es necesario que la dieta no sea deficiente en ningún nutriente, sino tambien que no contenga sustancias en exceso que pueden desequilibrar el comportamiento celular dañando su capacidad para absorber y utilizar estos nutrientes esenciales.
La célula está envuelta en una fina membrana compuesta principalmente por materia grasa y dentro de ella se encuentran moléculas proteicas que desempeñan funciones especializadas.
La membrana celular ejerce una función vital ya que controla lo que puede o no puede pasar al interior celular. El interior celular está dividido en compartimentos, entre los que se encuentra el núcleo, dentro del núcleo se encuentra el material genético que lleva toda la información necesaria para la estructura y funcionamiento de la célula.
La célula puede ver su funcionamiento y estructura afectados tanto por una deficiencia de minerales y vitaminas como por un exceso de sustancias como toxinas, sodio, calcio y azúcar. La deficiencia de nutrientes enlentece las funciones celulares y resta energía a la célula.
El exceso de toxinas inhibe o destruye las enzimas, entorpece la producción de energía celular e incapacita a la célula para sintetizar proteínas.
Algunas toxinas afectan al material genético y otras pueden dañar la pared celular. El sodio y el azúcar en exceso tienen también un carácter tóxico y afectan a la célula de la misma manera que lo hacen las toxinas.
Desequilibrio del Sodio y Potasio
Aunque todavía hay mucho que aprender, estamos empezando a entender la dinámica de las células del organismo humano.
Muchas de las funciones celulares nos recuerdan el comportamiento de una bomba o una pila. De hecho, cada célula tiene su propio sistema eléctrico que consiste en un generador de energía que proporciona electricidad para que funcionen los demás mecanismos.
En las células la electricidad es conducida por iones positivos de sodio (llamados Na+). La manera en que la célula genera energía es a través de un mecanismo llamado la bomba de sodio y potasio.
En los años 40 y 50 se descubrió este mecanismo de la superficie celular que bombea el sodio hacia el interior y el potasio hacia el exterior produciendo un ambiente intracelular alto en potasio y bajo en sodio.
Ya nos podemos imaginar entonces que la relación entre ambos nutrientes es esencial para el funcionamiento celular y que tanto un exceso como una deficiencia de ambos lo pueden descompensar.
Un exceso de sodio en el exterior de la célula debido a una ingesta excesiva hace que a la larga el sodio empiece a penetrar el interior de la célula. La cantidad de sodio o de sal en la dieta que puede ser excesiva para la célula depende de diversos factores y varía de un individuo a otro.
Unos individuos estarán mejor capacitados para soportar unos niveles altos de sodio y otros necesitarán restringir la sal al máximo. Si existe una deficiencia de magnesio o de potasio o si la célula está cargada de toxinas, incluso una pequeña cantidad de sodio puede ser peligrosa.
Cuando el sodio penetra la célula viene acompañado por un exceso de agua. Este exceso de liquido diluye los contenidos celulares.
La bioquímica de la célula deja de funcionar normalmente cuando las enzimas, sustratos y cofactores se reducen a concentraciones menores.
El exceso de sodio en el interior de la célula facilita a su vez la entrada de ácidos y toxinas ya que la célula produce menos energía necesaria para la detoxificación al dejar de funcionar eficientemente la bomba de sodio y potasio.
Desequilibrio del Calcio y Magnesio
La bomba de sodio y potasio no solo proporciona energía a la célula sino que también hace funcionar otro mecanismo esencial para la salud de la célula, la bomba de calcio.
La bomba de calcio permite que tres iones de sodio entren en la célula y con la energía que se libera sale un ion de calcio.
Este tipo de mecanismo existe en la superficie de las células nerviosas y musculares. El calcio disuelto en el interior de la célula debería ser 10,000 veces menor que el que se encuentra en el exterior. Esto es especialmente importante en las células de los músculos ya que un pequeño incremento del calcio intracelular provoca que el músculo se contraiga.
Si esto ocurre en los músculos de las arterias, estas se estrechan dando lugar a un incremento de la presión sanguínea.
Aun más, un aumento del nivel intracelular de calcio incrementa el crecimiento y la división celular y puede tambien incrementar la producción de colágeno lo que produce el endurecimiento de los tejidos.
Una deficiencia de magnesio en el interior de la célula lleva a una disminución de la actividad de la bomba de sodio y potasio lo que a su vez enlentece la bomba de calcio.
El magnesio no solamente es necesario para el funcionamiento de la bomba de sodio y potasio sino que tambien estabiliza la membrana celular previniendo que haya huecos por los que pueda entrar el calcio.
Todo un dispositivo celular en función del mantenimiento de unos niveles adecuados de calcio, sodio, potasio y magnesio.
Debemos ayudar al metabolismo celular con unos niveles adecuados de estos nutrientes en la dieta.
Exceso de Toxinas
En la nutrición ortomolecular se considera toxina a toda aquella sustancia que puede penetrar las células y que entorpece el funcionamiento normal del metabolismo.
Hay seis grandes categorías de toxinas que son los residuos de pesticidas, los nitratos, los antibióticos, los residuos de hormonas, los hidrocarbonos policíclicos y los metales pesados.
Estas toxinas atacan a la célula en su parte más vulnerable como son sus enzimas, sus membranas y sus ácidos nucleicos.
La verdadera nutrición debería abarcar a todo lo que absorbemos del medio ambiente y no solamente a los alimentos.
Los avances en los conocimientos de nutrición exigen, hoy en día, una revolución no solo de la industria alimenticia sino también de la prácticas agrícolas y la polución industrial.
Muchas toxinas inhiben o destruyen las enzimas. Los resultados de la intoxicación celular son la falta de vitalidad celular y la incapacidad para sintetizar proteínas celulares esenciales.
Estas dos funciones básicas de las células, que son la producción de energía y la capacidad para sintetizar proteínas, se ven mas o menos afectadas según el grado de toxicidad.
A medida que hay más toxinas se va perdiendo más energía vital y la célula pierde su capacidad para regenerarse. Si el daño es muy extenso la célula puede hasta morir.
Algunas toxinas tienden más a afectar los ácidos nucleicos como el ADN. El daño producido por las toxinas en el ADN de la célula es mucho mas peligroso ya que el ADN lleva incorporado una serie de complejos mensajes en código que determinan el tipo de célula y lo que la célula puede o no hacer.
Las toxinas que afectan el ADN se llaman mutágenos y el daño al ADN se llama mutación ya que se transmite a todas las células hijas. Hay un tipo de enzimas que se dedican a reparar el daño al ADN, reemplazando las secciones dañadas por otras que tienen la estructura correcta.
Pero esta increíble capacidad de regeneración se ve también afectada cuando se abusa de ella y tambien puede ocurrir que las enzimas reparadoras se vean a su vez dañadas por las toxinas.
Otras toxinas afectan a las membranas celulares dañando su estructura y sus funciones, como por ejemplo, la permeabilidad de la membrana o su sensibilidad a los mensajeros químicos.
Este tipo de daño celular también puede acabar con la vida de una célula. Las toxinas que afectan a las membranas son aquellas que tienen un carácter lípido o lípido-soluble, es decir que se pueden disolver en las grasas, como por ejemplo los ácidos grasos oxidados (expuestos a la luz o el calor) y también los acidos grasos trans que se encuentran en las margarinas, los aceites refinados y las grasas saturadas.
La manera en que las toxinas afectan a las células es a través de la generación de radicales libres. Los radicales libres son unas moléculas altamente reactivas que reaccionan rápidamente con cualquier otra molécula que se encuentre en su proximidad. Pueden inactivar una enzima o dañar una estructura celular.
Las proteínas dañadas por los radicales libres cargan el metabolismo ya que interfieren con el funcionamiento de otras moléculas.
Los radicales libres dañan a las células y enlentecen el metabolismo, el efecto sobre el individuo es el aceleramiento del envejecimiento.
Este envejecimiento causado por un exceso de radicales libres no sólo afecta a la persona en su aspecto externo sino que tambien afecta a los tejidos y órganos.
El individuo se vuelve por tanto más susceptible a sufrir enfermedades crónicas de todo tipo. Las enfermedades crónicas que más se relacionan con la exposición alta a radicales libres son el cáncer, la diabetes, la artritis reumatoide, la enfermedad de Parkinson y el Alzheimer.
Exceso de Azúcar y Deficiencia de Nutrientes
El exceso de azúcar en la dieta nos suele preocupar porque origina caries dentales o puede dar lugar a obesidad.
Otra razón de peso para restringir el azúcar en la dieta es que el azúcar tambien puede ser tóxica.
El nivel de glucosa en sangre debe mantenerse entre 70 y 100mg/100ml o sino podemos experimentar síntomas molestos.
La glucosa puede reaccionar espontáneamente con las proteínas y cuando el nivel de glucosa en sangre sube por encima de 100mg/100ml esta reacción ocurre a mayor escala con unos resultados destructivos.
Las proteínas inactivadas por la glucosa interfieren con el funcionamiento normal del metabolismo.
El exceso de azúcar en la dieta también nos roba nutrientes que utilizamos para su metabolismo y a la vez excluye de la dieta a otros alimentos más necesarios.
Las deficiencias de vitaminas y minerales influencian la manera en la que la célula es capaz de soportar el exceso de toxinas.
Sin suficiente magnesio la célula no puede producir suficiente energia para sus funciones incluida la detoxificación. La energía celular depende de los macrominerales, calcio, magnesio, sodio y potasio, y la relación entre ellos. Sin la suficiente energía y sin los microminerales que actúan como cofactores en numerosas enzimas los procesos metabólicos se enlentecen. Si no hay suficiente cantidad de vitaminas antioxidantes los radicales libres podrán ejercer mayor daño a la célula.
Por ultimo, me gustaría explicar por qué una misma dieta alta en sodio, en toxinas, o deficiente en minerales afecta a distintas personas de manera diferente, es decir, a un individuo puede llevarle a sufrir una enfermedad crónica mientras que a otro individuo puede no afectarle aparentemente.
¿Cómo es esto posible si las células se tienen que ver afectadas de la misma manera?
Diferentes individuos hacen frente a su carga tóxica de manera diferente dependiendo de los recursos que tengan disponibles, estos recursos vienen determinados por su herencia genética, la dieta que han seguido, su historia médica y su fuerza vital. La fuerza vital o la energía vital se ve afectada por las circunstancias de la vida.
La energía vital es un concepto que no puede ser explicado a través de la bioquímica pero que es lo que determina que una falta de ilusión o una circunstancia adversa puedan afectar a nuestra salud.
La fuerza vital se puede incrementar con ayuda de las terapias energéticas como pueden ser la acupuntura o la homeopatía o incluso con una mayor ingesta de minerales.
Al incrementar la fuerza vital se proporciona energía a la célula que estará mejor capacitada para deshacerse de su carga tóxica y para asimilar los nutrientes.
Nutrición Celular Ideal o Dieta para el Equilibrio Celular
A la célula le hace falta:
Poco sodio. Para ello debemos reducir la sal, reducir los productos lácteos, eliminar Los productos envasados y procesados y los embutidos.
Mucho potasio, suficiente magnesio y calcio, ni pocos ni demasiados microminerales, suficientes vitaminas. Para ello debemos incrementar el consumo de verduras, cereales integrales, suficientes tubérculos, frutas, legumbres, frutos secos, semillas, evitar productos lácteos.
Nada de toxinas. Para ello debemos evitar el consumo de tabaco, polución, aditivos, antibióticos, consumir alimentos biológicos (orgánicos), incrementar el consumo de alimentos ricos en antioxidantes.
Nada de azúcar. Para ello debemos evitar el consumo de azúcares simples y carbohidratos refinados.
Tipos de Toxinas
1.- Toxinas de origen externo:
Aditivos alimentarios: - aditivos sintéticos: (tartrazine, nitrato de sodio) nuestros sistemas enzimáticos no estan preparados para manejar estas sustancias, ni para llevarlas a traves de las membranas ni para eliminarlas.
Aditivos naturales usados fuera de contexto (monosodio glutamato, ácido glutámico) : sustancias naturales pero que usadas en concentraciones altas tienen el carácter de un aditivo sintético.
Medicinas y drogas sintéticas
Pesticidas
Inhalación de químicos procedentes de pinturas, barnices o desinfectantes.
2.- Toxinas de origen interno:
Productos de deshecho, el proceso de descomposición de las grasas, carbohidratos y proteínas no es eficiente al 100% y se originan productos de deshecho que si no se eliminan se convierten en toxinas.
Toxinas originadas en el intestino por la putrefacción de los alimentos. Las proteínas de origen animal, asi como el azúcar, el café y el chocolate, tienen una especial tendencia a producir este tipo de putrefacción .
Como disminuir la carga tóxica
Aumentando la energía vital ya sea con terapias energéticas o remineralizando el organismo
Evitando la entrada de toxinas externas en el organismo, consumiendo alimentos naturales y no procesados y a ser posible de origen biológico y usando terapias naturales en lugar de medicinas sintéticas.
Mejorando la función intestinal con el uso de probióticos y reduciendo el consumo de alimentos de origen animal.
Usando terapias naturales que faciliten la eliminación de las toxinas al exterior de la célula primero y luego al exterior del organismo.
Alimentos para el equilibrio celular (altos en Mg, K, microminerales, bajos en Na)
Mijo, arroz integral, avena, melón, grosellas, moras, plátanos, nueces de Brasil, piñones, almendras, semillas de calabaza, sésamo y girasol, judías aduki, habas de soja, garbanzos, judías blancas, calabacines, calabaza, judías verdes, pepinos, acelgas, repollo, espinacas, perejil.
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